Las
bolsas de papel no pasan de moda. Eso lo podemos comprobar al ver los anuncios que la prensa difundía a principios del siglo XX, cuando ya se reproducía la silueta de
mujeres comprando portando estas bolsas de papel. Cuando podíamos encontrar el las revistas norteamericanas de mediados del siglo XX fotografías de personas
comprando en supermercados o saliendo de ellos, portando sus adquisiciones en
bolsas de papel. Una tendencia que ahora, que nos hemos concienciado que los plásticos si bien son muy prácticos, son dañinos para nuestro entorno, deben reducirse de nuestro día a día.
En
Bolsas de papel regalos y cintas lo sabemos, de ahí que hayamos redactado este artículo en el que queremos explicarte por qué las
bolsas de papel no es que hayan venido para quedarse. Es que, realmente, nunca se fueron.
Las bolsas de papel no pasan de moda
Las
bolsas de papel siempre han tenido una mejor aceptación social que la que ha podido conseguir el plástico. Y todo ello a pesar de que el plástico ha sido el material más empleado para transportar cosas durante muchas décadas. Sin embargo, la
bolsa de papel siempre gozó de un prurito de elegancia y clase, del que nunca se vio destronada. Para quienes no lo sepa, las primeras bolsas de papel las inventó un estadounidense denominado Francis Wolle, y lo hizo en la década de los años cincuenta del siglo XIX.
Tras esta primera versión otros muchos inventores y personajes se vieron atraídos por la idea y fueron proponiendo mejoras. Una de las mentes más destacadas de esta línea de trabajo fu la de Margaret E. Knight. Una señora que
mejoró el diseño dotando las bolsas de papel de un fondo plano que permitía que se mantuvieran en pie. Con ello, además, conseguía que fueran
fácilmente plegables y apilables. Todo ello se tradujo en una ampliación importante de los beneficios de la Columbia Paper Bag Company of Springfield, en Massachusetts, la empresa para la que trabajaba.
Finalmente y a pesar de que hubo otras muchas personas que trabajaron en la misma dirección, fue
Charles Stilwell quien hizo la última gran mejora de su diseño pero, sobre todo,
patentó una máquina que fabricaba bolsas de papel de fondo cuadrado y las doblaba completamente para su almacenaje. Un hecho que permitió que, a partir de los años 30 del siglo XX, la mayoría de los comercios adoptaran su uso y las personas comenzarán a usarlas en masa.
La
bolsa de papel resulta mucho más elegante que la de plástico y no pasa de moda porque desde el principio, se ha tenido como un objeto que acompaña a la adquisición del producto. Es decir, desde primera hora los comerciantes tuvieron en cuenta que la bolsa era una
prolongación de su imagen, y por esto, debían cuidar su aspecto hasta el menor detalle.
Otro argumento a favor de la
bolsa de papel y que explica por qué
no pasa de moda es su funcionalidad. La
bolsa de papel no se deforma, se mantiene siempre igual; lo que la asemeja a un bolso de mano. Y esto siempre combina con cualquier look. Da igual que sea mujer u hombre quien la porte. Además, la bolsa de papel es opaca y permite mantener la intimidad de aquello que transporta.
Lo que supone también una
nota de distinción frente a la bolsa de plástico, que al ser menos rígida y, por lo general, más transparente, deja ver lo que hay en su interior a los ojos más curiosos.
Por todo ello, no es extraño que podamos encontrar retratos donde hay
bolsas de papel como parte de la puesta en escena de una figura o persona. Da igual que se trate de una pintura pop o de una fotografía; siempre completan la propuesta visual. Por ello, en
Bolsas de papel, regalos y cintas cuidamos mucho la calidad, forma, tamaño y aspecto de nuestras bolsas. De manera que puedas seguir disfrutando de ellas cuanto quieras.