La invención del globo aerostático gracias a una bolsa de papel

globos aerostaticos En la actualidad el hecho de poder volar por los cielos ya nos parece algo normal, pero lo cierto es que no siempre fue así: hubo una época en la que muchos se desvelaban pensando cómo podían lograr que el ser humano surcara los cielos, y en muchos casos estas inquietudes terminaron dando increíbles resultados. Sin ir más lejos, los hermanos oriundos de Francia Joseph y Jacques Montgolfier tuvieron una enorme incidencia en el acercamiento del hombre con la posibilidad de volar, inventando el primer globo aerostático en el siglo XVIII. Gracias a ellos, el ser humano pudo levantarse del suelo y acercarse cada vez más al cielo, logrando alturas de no solo metros sino kilómetros. ¿Qué tiene que ver todo esto con la bolsa de papel? Te lo contamos a continuación.

El globo aerostático y la bolsa de papel

Como bien dijimos anteriormente, la posibilidad de volar significaba un motivo de inquietud por parte de muchas personas en épocas pasadas, y algunos lograron su cometido de alguna u otra manera: tal fue el caso de los hermanos Montgolfier, que allá por el siglo XVIII lograron crear el primer y magnifico globo aerostático que les permitió alzarse varios kilómetros del suelo. Como raza, el ser humano siempre ha sido curioso y ha querido ir más allá de lo posible: quién hubiera pensado en el siglo 18 que el hombre pudiera alcanzar los cielos. La idea del globo aerostático cayó en la mente de Joseph Montgolfier casi de casualidad, mientras observaba a un simple trozo de papel secándose junto a una chimenea. El papel, como se imaginarán, se veía empujado por la fuerza del aire caliente, lo que despertó automáticamente la chispa creativa de Joseph y lo llevó a comenzar su investigación. Los hermanos Montgolfier comenzaron a probar esta posibilidad con simples bolsas de papel, contando con la ventaja de que su padre las fabricaba y tenían a disposición una enorme cantidad de este elemento. Comenzaron por notar que las bolsas al invertirlas se elevaban cuando se las ponía sobre el fuego, en virtud de un gas que se desprendía y que resultaba ser más liviano que el mismo aire, razón por la cual empujaba la bolsa hacia arriba. Los hermanos pensaron en un primer momento que lo que se desprendía al encender fuego era una sustancia totalmente nueva que hacía que las bolsas se vieran empujadas, pero lo cierto es que hoy sabemos que se trataba únicamente de aire caliente que al pesar un poco menos que el frío provoca otros efectos. Habiendo hecho este descubrimiento, los hermanos potenciaron este conocimiento y crearon un recubrimiento a base de lino forrado con papel y encendieron fuego por debajo del para observar qué sucedía: efectivamente, este recubrimiento finalmente despegó y los hermanos colocaron una canasta en la parte de debajo de la tela de lino para poder cargar pasajeros. Llamaron al primer globo aerostático la “Montgolfiera”, y dieron el primer paso en el camino del hombre en los cielos.